







Los primeros pobladores cuentan que el primer asentamiento del pueblo estuvo a unos kilómetros del actual casco urbano, en un paraje conocido como Los Pozos, que para la última década del siglo XIX ya contaba con unas cuantas casas.


Hacia las primeras décadas del siglo XX, el ferrocarril cambió profundamente las relaciones comerciales y humanas en nuestro país y el incipiente poblado de Los Pozos no quedó al margen.
El ferrocarril pasó cerca de Los Pozos. A cinco kilómetros. Y era de esperar que los pobladores, con espíritu inquieto y emprendedor, entendieran que hacia allí debían trasladarse; y como en tantos lugares de la Argentina, un nuevo poblado surgió en torno a la estación que llevaba el nombre de Villalonga.
De acuerdo con datos oficiales, doña Francisca Urquijo, viuda de Sexe, solicitó permiso, en 1928, para fundar un pueblo denominado Villalonga.
Dicha nominación se debió al nombre de la estación de Ferrocarril, que fue así bautizada en honor a José Agüedo Villalonga, administrador del Ferrocarril Trasandino y del Oeste.
El proyecto de doña Francisca fue elevado a Geodesia y el Ministerio de Obras Públicas lo aprobó. El 29 de Mayo de 1929 se concretó la primera venta de lotes, solares y quintas, iniciándose formalmente dicha localidad.
Hoy a 96 años de su nacimiento, y con mucha historia de desarrollo en su haber, Villalonga, junto a cada uno de sus vecinos, es una localidad marcada permanentemente por el esfuerzo de sus habitantes, que no se detiene, que crece y a la vez realiza su aporte, desde diversas aspectos, al crecimiento del Partido de Patagones.











