“Cuanto más energía ahorremos más vamos a mejorar, no solo el impacto ambiental, sino también nuestras condiciones de trabajo”, remarcó Di Gregorio quien además explicó que el objetivo es reducir “un 30 % el consumo de energía eléctrica en las sedes que pertenecen a la Cámara de Diputados”. El PDA se sustenta en cuatro ejes principales que ya han comenzado a llevarse a cabo y que se encuentran vinculados entre sí: separación de residuos, ambientes libres de humo, uso racional de recursos y energía y concientización sobre prácticas amigables con el medio ambiente.
Además, se dispuso mediante resolución que toda la documentación oficial de la Cámara de Diputados lleve la leyenda “2017- año de las energías renovables”.
La situación argentina El actual gobierno heredó una crisis energética que nunca tuvo que haberse producido. A pesar de contar con valiosos recursos humanos y naturales, durante la última década nos convertimos en importadores netos de energía, pese a haber sido exportadores durante mucho tiempo.
El consumo energético aumentó y las inversiones -como en casi todos los casos- no estuvieron a la altura de las circunstancias. Se aplicaron parches temporales, sin visión de futuro, insostenibles en el tiempo.
El gobierno nacional dio sus primeros pasos en la materia impulsando la Ley N 27.191 de Régimen de fomento para el uso de fuentes renovables de energía destinada a la producción de energía eléctrica, a través de los decretos 531/2016 y 882/2016. En este sentido, se lanzó el Programa RenovAR, que implementa el primer paso para la contratación (a largo plazo) de energía eléctrica de fuentes renovables.
Fuente: Grupo La Provincia