El funcionario, integrante de una familia dedicada desde hace varias décadas a la actividad inmobiliaria, dijo que la noticia era falsa y que se trata de “una operación planificada”.
En la nota Angos expresa textualmente:
"Es mentira que quienes ejecutaron el daño en mi casa hayan sido 10 familias. Fue una patota de entre 15 y 20 personas según lo que vieron varios vecinos de Patagones, los del barrio y los que pasaban por la calle. Tal vez una investigación policial honesta lo pueda determinar.
Inmediatamente que terminaron de pintar tomaron fotos, las enviaron a “los cerebros” para subir ésta supuesta nota periodística. Con dos objetivos: el apriete y la difamación, no solo hacia mí sino a nuestra Familia.
Lo que la “nota” no dice es el resultado de las denuncias de Porretti, contra nosotros, contra el escribano y los poseedores. Tampoco dice que la Justicia está investigando el daño, las amenazas, el apriete contra los poseedores legítimos de esa tierra desde décadas que son mis clientes desde antes que estuviera como Asesor Legal del Municipio. Cualquier honesto vecino de Patagones sabe que nunca Juan Carlos Porretti estuvo en esa tierra, sí por el contrario la Familia Abadía que lleva más de 80 años en la chacra, o el fallecido “chivero” Manuel Sepúlveda y su sucesora, o Roberto Peña o Pancho Walter. En todo caso, es la justicia la que debe determinar el mejor derecho y no la violencia. Es la justicia la que le ha impedido a Porretti y a quienes le compraron lotes a él, acercarse a la tierra de mis clientes. ¿Quién ha estafado, si la justicia impedía disponer de la tierra y Porretti lo sabía?. Pues también es mentira que sea propietario como dice la nota.
La Verdad siempre triunfa, más tarde o más temprano. A veces –no siempre- en una sentencia judicial de un tribunal. Pero ante el Justo Juez inexorable ante quienes todos rendiremos cuenta, nadie podrá tramar ni engañar. A Él es al único que temo, por más patotas que manden, pero si algo nos sucede, sepan que hay sobradísimas pruebas de sus autores, los intelectuales (abogados, empresarios, etc, etc) y los pobres que “hacen la changa” violenta.
¿Qué motiva a las personas a actuar así? Con mentira, tramando desde lo oculto, ejerciendo violencia, difamando. Es evidente que hay intereses económicos, hay claramente una intencionalidad política para ser usada en este año electoral, pero fundamentalmente hay envidia y odio.
“Lo que sale de la boca de los hombres (y mujeres) es lo que abunda en su corazón... del corazón proceden las malas intenciones… los falsos testimonio, las difamaciones” (Mt 15, 18-19).
Dicen que el que calla otorga. Yo no estoy tan de acuerdo, pues el tiempo hará salir todo a la luz. Pero me veo obligado a escribir estas líneas, no por mí, sino por mi Familia, por las personas que nos quieren y se preocupan, por las que represento y confían en mí, por el servicio público que presto, incluso por las que dudan.
Agradezco públicamente la solidaridad de los vecinos y quienes se han preocupado, y le doy gracias a Dios en quien confío, porque pondrá el orden debido en toda ésta situación”.