Enzo Gioventú y su terapia en San Blas para combatir la adicción a la cocaína

Sin embargo, este hombre de 56 años de edad se hizo mucho más popular en el último tiempo al compartir -además- en sus redes sociales videos sobre baños y zambullidas en aguas frías.

Esa terapia, junto a un `aislamiento` en Bahía San Blas, lo ayudaron a salir del consumo de cocaína.

Enzo fue entrevistado esta mañana por FM DE LA COSTA, en el programa `Con la Gente`, donde relató su situación y la causa que emprendió.

“Me arrojo al agua fría (sea en el mar o una pileta) todas las mañanas, tarde y noche. Es cada vez más intensivo porque se trata de una actividad acertada y muy eficiente, dichos por los propios médicos y cardiólogos, ya que se liberan endorfinas, lo que es muy beneficioso”, contó.

Al ser consultado sobre los motivos que lo llevaron a realizar esta actividad, Gioventú mencionó que comenzó hace aproximadamente un año y es parte de una terapia que lleva adelante para combatir una adicción a la cocaína.

En ese sentido, se sinceró y relató que consumió esa sustancia durante 37 años. Tras admitirse a sí mismo dicha adicción, y en lugar de internarse en un centro de rehabilitación, se aisló en Bahía San Blas. “Gracias a Dios estoy saliendo con el SI a la vida, la pesca y estos baños de agua fría”, describió.

Anticipó que a fines de octubre comenzará un viaje solidario por la costa argentina para difundir el slogan “Si a la vida, no a las adicciones”. Lo hará por esos lugares, donde puede practicar la pesca, porque ha recibido el llamado de mucha gente, a quien pretende contarles su experiencia.: “No soy catedrático, pero a muchos les llama la atención la manera con la que encaré esta terapia, y están probando”.

Enzo advirtió que para recuperarse de las adicciones “primero hay que reconocerlo y tener ganas de salir. A mí me llevó muchísimo tiempo porque uno piensa que no está enfermo. Cuando no pude dominar la situación pedí ayuda a profesionales, familiares y amigos, y acudí a un centro correccional nacional (Centro para Adictos), donde me dieron la posibilidad de intentar solo”.

Recordó ser un consumidor social, es decir, tomaba droga los fines de semana, en fiestas, con otra gente. “Termina siendo una necesidad. No vas a un evento si no tenés algo en el bolsillo”, se sinceró.

“Lo primero que hice es tratar de salir del ambiente donde antes ocurrían los casos de consumo y elegí la naturaleza de San Blas. Antes había tratado hacerlo, sin irme de esos lugares, y no pude. No abandoné nada, menos la familia. Únicamente me alejé”, reconoció.

Justamente sobre la familia, habló del daño que se le provoca porque “se comete el gran error de decir que se hace daño a uno mismo y no a los demás, pero eso no es así”.

Luego de recalcar que “ser consumidor no te hace mala persona”, sostuvo que se siente “más lejos de la adicción y muy cerca de la meta”, aunque admitió que “aún hay momentos difíciles en el día a día.