La situación sanitaria del partido de Patagones crece día tras día, particularmente en el recurso humano.
A tal punto que ya hace mucho tiempo no se habla tanto de deficiencias edilicias o en infraestructura.
Lo que más preocupa es el personal de enfermería, que mes tras mes renuncia al encontrar horizontes mejores, los que tienen la suerte de hallarlo. Hay locales del interior donde no existen otras posibilidades que desempeñarse para la municipalidad. Y eso implica recibir sueldos de miseria.
En Villalonga explotaron primero. Horas después en Stroeder y San Blas.
¿Es culpa de esta gestión? ¿De la anterior?
Es responsabilidad de todas las gestiones de las últimas décadas
De quienes condujeron y conducen el Poder Ejecutivo local y de quienes acompañaron ese camino, ya sea formando parte de los gabinetes o siendo inactivos o poco útiles desde el Concejo Deliberante (aunque en ambos casos, siempre, hay excepciones).
Ni Ricardo Cureti, ni José Zara, tampoco (hasta ahora) Ricardo Marino se han atrevido a ‘barajar y dar de nuevo’ en el organigrama de los trabajadores y trabajadoras de la municipalidad, que incluye la delicada área sanitaria.
No habrá mejores salarios sin mayores ingresos a las arcas de la comuna, que están siendo afectadas por la (anunciada con anterioridad) caída en la coparticipación. O rearmando todo el organigrama de la municipalidad para que todos sus empleados sean efectivos (laboralmente hablando) y mejor remunerados. También limitando el ingreso o contrataciones encubiertas bajo varios modelos (monotributos, etc.)
Encima, el aumento de las tasas municipales propuesto por Marino y aceptado por los concejales a principios de este años fue escaso, comparado con todos los demás incrementos (impuestos provinciales, nacionales, servicios, etc.).
El intendente pretende ahora ajustar esos números, pero hasta el momento no logró convencer a la mayoría de los concejales. Para ello la principal oposición (Juntos) reclama diálogo. Quieren que el propio Marino hable con ellos y deje de coquetear con los votos de La Libertad Avanza (con los que contaba hasta hace unas semanas y ahora, inexplicablemente –como todo lo que hace Roberto Martínez- , ya no).
Y para peor, el intendente no encuentra el o la reemplazante de Luis Urizar. Claro, nadie desea tomar esa brasa caliente.
Son horas decisivas (o al menos sumamente importantes) para Marino, en las que debe demostrar por qué está en ese lugar que le dio la gente el año pasado.
Debe tomar decisiones, por dolorosas que sean para él y su entorno.