El Frente Renovador y su Desconexión con las Instituciones

La Ciudad06 de septiembre de 2024 Por Forger F.
mariel cinirella
mariel cinirella

El reciente episodio protagonizado por la presidenta del Concejo Deliberante y militante del Frente Renovador, al enviar al concejal Videla "al banco de la plaza", es más que un simple acto de desprecio político; es un reflejo de una desconexión alarmante con las instituciones que deberían representar a la ciudadanía . Este tipo de comportamiento no solo menoscaba la figura del concejal afectado, sino que también perjudica a la democracia. El presidente del bloque oficialista, desgastado política y socialmente, aunque puede tener treinta razones, estaría lesionando lo que pregona la jefa de su espacio: fortalecer la democracia.

La incapacidad de la presidenta para manejar su rol en el Honorable Concejo Deliberante revela una falta de respeto por el proceso democrático. La política no debería ser un juego personal donde se ignoran las voces disidentes; al contrario, debe ser un espacio de diálogo y construcción colectiva. La reacción en off de un concejal cercano al intendente, que sugiere pedir la renuncia de la presidenta si no cambia su accionar en dos meses, es un indicativo claro del malestar generalizado dentro del propio partido gobernante. Las críticas que emergen desde el seno del peronismo apuntan al mandamás local por su falta de liderazgo y visión en la gestión actual, lo cual preocupa por el uso de la marca Peronismo.

Además, el hecho de que la propia hija de la presidenta del Concejo haya sido nombrada delegada de Bahía San Blas en medio de esta tormenta política suma una capa adicional a las críticas: ¿es este un caso de nepotismo o simplemente una muestra más de cómo se manejan las decisiones dentro del Frente Renovador? En cualquier caso, las decisiones familiares en política suelen generar suspicacias y desconfianza entre los ciudadanos.

La oposición también juega su parte. Juntos por el Cambio (JXC) ha encontrado en los errores del Frente Renovador una oportunidad dorada para señalar su ineficiencia, por ejemplo algo que escaló muy alto el servicio de salud, está en coma. Al resaltar cada tropiezo, JXC no solo busca desgastar la imagen del frente gobernante, sino también posicionarse como una alternativa viable para los votantes descontentos y recuperar el voto que perdió; la figura y el accionar del concejal apodado Petroka les suma. También, la estrategia de manual de victimización respecto al intendente es un intento astuto por desviar la atención e intentar hacer creer al electorado que el mal gobierno del Frente Renovador es culpa del peronismo en su conjunto. Lo cierto es que un referente muy cercano al presidente del Partido Justicialista sentenció: “no lo llamaron hasta ahora; que no lo llamen más a Ricardo”.

El tiempo parece correr en contra del Frente Renovador; los números no cierran y han perdido poder político. El intento fallido de aumentar las tasas es una muestra evidente. Esto trae aparejada la falta de respaldo público por parte del peronismo e indica que las aguas están revueltas y que el margen para corregir el rumbo se estrecha cada día más. Mientras el intendente habla a medias sobre posibles cambios, queda claro que hay una soberbia producto de encontrarse con el poder sin experiencia.

En este contexto, es fundamental que los actores políticos comprendan que sus acciones tienen consecuencias. El desprecio hacia un concejal elegido democráticamente no solo afecta a esa persona; repercute en toda la estructura institucional y en la percepción ciudadana sobre la política como herramienta de cambio y representación. Si el Frente Renovador quiere recuperar su credibilidad y legitimidad, deberá replantear su relación con las instituciones y con los ciudadanos a quienes dice representar. La política debe ser un espacio donde se construyan puentes, no donde se levanten muros.

FIN.

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