Haroldo Lebed, íntimo: "Me voy a morir fumando y haciendo política"
MANO A MANO EN FM DE LA COSTA
La Ciudad16 de marzo de 2023Actualmente pasa sus días entre La Plata y Buenos Aires, pero al menos una vez al mes regresa a la comarca Viedma-Patagones, donde posee una isla en el río Negro.
El pasado martes fue entrevistado por FM DE LA COSTA -en el programa CON LA GENTE, que conduce Gustavo Bosco- y habló de su vida personal y política.
“Estoy casi en retiro efectivo, como si estuviéramos en el Ejército quiero decir, desde el punto de vista personal. En general, por muchos motivos y particularmente por aquellos que tienen que ver con colaborar de alguna manera con cuestiones relacionadas con Patagones o con la región a la cual representé por mucho tiempo como legislador y demás cargos”, expresó tras la primera pregunta.
Agregó que “todo lo que se puede conseguir para la zona y para Patagones en particular es muy importante. Creo que se puede ayudar al intendente y a los concejales; es importante ponerse al lado”.
Mencionó Lebed que a diario recibe llamados de sus colegas: “No con la intensidad de antes, pero así es como tiene que ser. Uno tiene que aceptar que son los ciclos que se cumplen. Yo creo que me voy a morir fumando (hábito que lo tuvo a maltraer en varias oportunidades) y haciendo política. Y no lo digo como creyéndome un vivo, todo lo contrario. Es la realidad. Lo dije en esta misma radio hace más de un año y lo ratifico hoy. Son ciclos que se van cerrando, y en el mientras tanto y en la medida que uno tenga la salud y la fortaleza para gestionar y acompañar, voy a estar presente”.
Al ser consultado sobre su estado de salud y su lugar de residencia, dijo que vive en La Plata y Buenos Aires, y por supuesto, visita una vez al mes Patagones. “Estoy tratando de equilibrar con mi familia la ausencia de más de 35 años, durante los que no estuve presente porque la Función Pública me lo impedía. Y así lo elegí en ese momento, desde la convicción. O lo hacía como tenía que hacerlo, con mis errores y algunos aciertos, o iba a fracasar, porque no había horarios”.
“Uno tiene que ir esquivando los impedimentos a la pasada. A mí me dio resultados, y en función de eso, traté de dar la mayor cantidad de respuestas posibles. Hoy, compenso lo que no pude hacer antes, que es compartir más con mis hijos y mis nietos”, se sinceró.
Al ser consultado si se puede ser un buen funcionario público y a la vez tener o conservar la relación con la familia, Lebed sostuvo que “imposible no es, pero sí muy difícil. De hecho yo estuve separado y divorciado. Cuando me divorcié, pasaron cuatro años y me volví a casar con la misma, un capo soy… ¿Quién hace eso? (risas)”.
“¿Había reproches de la familia? ¿Le decían que no estaba nunca con ellos?”, fue la siguiente pregunta, a lo que respondió que “esa fue la frase, con algunos condimentos más que no venían al caso, pero por errores que por ahí uno comete. Los chicos eran chiquitos, los traslados que hicimos fueron virulentos en cuanto a la cantidad de mudanzas. Hice 27 mudanzas, en las que -por supuesto- yo no hice nada, se ocuparon mi señora y mis hijos. Gracias a Dios, pudimos restablecer el vínculo”.
Insistió: “Es muy difícil, o lo hacés como te digo yo, o lo hacés part time, y la política part time no sirve, la gente te quiere ver a vos, por eso te votó. Yo tenía la persecuta de que no debía fracasar ni fallarle a la gente, y lo que decía en público lo tenía que hacer en privado, y al revés. Llegó un desgaste”.
Sin embargo reconoció que disfruta este momento: “Es muy difícil de explicarlo. No sé cuánto me queda de vida, pero los días que me queden, son para eso, disfrutar de hasta el silencio, de las pequeñas cosas, del río Negro, a los amigos, que no son muchos pero que son buenos, y tratar de estar presente tanto con mis dos hijas mujeres como con mi hijo varón”.
Más adelante contó que su familia ahora no reniega cuando atiende los llamados vinculados a la política porque “la demanda es muchísimo menor. Estoy fuera de la función pública. Independientemente de eso, mi teléfono lo tiene todo el mundo, y cuando puedo colaborar y estar presente en alguna gestión, estoy para lo que pueda ayudar”.
“Si bien dijo que se está retirando, si alguien viene y le sugiere o le propone algún cargo, ¿le dice que no?”, fue la siguiente pregunta, la que contestó tras unos segundos de silencio: “95% digo que no, y el 5% lo dejo por lo mismo que dije al principio. Amo a la política. Siempre y cuando sea un lugar en donde pueda ser útil a un pedazo de la sociedad a la que represento, si no, no me interesa”.
En el tramo final de la entrevista volvió a hablar de su retiro parcial de la actividad política: “A mis amigos les digo que no puedo explicar lo bueno que es disfrutar de la jubilación y caminar por la vereda tranquilo. Creo que la mejor sensación es estar jubilado y no sentirte un espantapájaros”.
“Trato de hacer las cosas lo más prolijo posible dentro de lo desprolijo. Fumo hace 48 años, pero no tomo alcohol hace 33, entonces de alguna manera se compensa”, concluyó.