





“Tenía la costumbre de escaparse pero nunca me pasó de verlo rascando desesperadamente la puerta mientras convulsionaba. Cuando llegó el veterinario confirmaron que estaba envenenado y aunque le pusieron el antídoto no se pudo hacer nada”, dijo Patricia.


“Tengo entendido que no lo querían en el barrio porque se escapaba y perseguía a las motos y se portaba mal. Yo sabía que se las mandaba pero aun así era mi perro”, continuó explicando.
Para finalizar, advirtió que “mi vecina y el veterinario me dijeron que están envenenando a varios perros de todos los barrios de la ciudad”.


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