La baja calidad que se manifiesta en los resultados de pruebas internacionales en nuestro país, así como los altos índices de deserción en el nivel secundario tiene que ver, en parte, –según investigaciones actuales- con la falta de relevancia en los programas de estudio, de una formación en habilidades emocionales que permita la comprensión y adaptación a un mundo complejo y globalizado. En este sentido, los alumnos carecen de formación sistemática, relevante y actualizada en las denominadas habilidades socio emocionales que los preparen para trabajar en equipo, fijar y seguir metas y tener relaciones empáticas con su entorno. Formación que tiene un claro impacto en la vida comunitaria y democrática, como lo han probado estudios en y fuera de la Argentina.
"El objetivo de esta ley es incorporar la Educación Emocional dentro de las propuestas educativas orientadas a la formación armónica, equilibrada y permanente de las personas. Como así también, asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos, confiables y actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en Educación Emocional, entendiendo a la razón y la emoción como partes constitutivas e inseparables que hacen humano al ser humano”, manifestó el legislador Garate, y continuó: “se trata de un proceso progresivo, sustentable y secuenciado en la enseñanza de las habilidades socio – emocionales”.
Vale la pena mencionar que, tanto la Organización Mundial de la Salud, UNICEF, la UNESCO y el Diálogo Interamericano vienen promoviendo desde hace años la incorporación de la dimensión emocional en los diseños curriculares de sus países miembros. En esta línea existen en nuestro país experiencias pilotos, y diversas iniciativas que apuntan a este objetivo. El diputado tresarroyense explicó que: “tenemos que entender por derecho a la educación la posibilidad cierta de aprendizaje, estar dentro de un aula es una parte importante pero insuficiente para lograrlo, y este proyecto apunta al centro de la mejora en la calidad educativa”.
Garate resaltó la importancia del proyecto como igualador de oportunidades para todos los alumnos de la provincia. El proyecto se basó en la experiencia y asesoramiento delLicenciado en Historia Diego Jiménez y de la Licenciada en Comunicación Diana Arias, que realizaron los relevamientos y estudios que contribuyeron a la fundamentación del mismo.
Jiménez manifestó que “el proyecto se enmarca en las leyes Nacional y Provincial de Educación, que contemplan la formación de la identidad de los alumnas/os, teniendo presentes sus necesidades, derechos y características actuales, para acompañarlos en la formación integral como personas creadoras”.
En ese sentido, Arias agregó que “la adquisición de las habilidades emocionales favorece un mejor aprendizaje, mejora la convivencia escolar, fomenta prácticas sociales empáticas y contribuye a la conformación de una sociedad más justa y solidaria”.
Ambos colaboradores plantearon que las evoluciones teóricas en relación a los procesos de aprendizaje, reconocen que la educación no puede reducirse únicamente a lo académico, a la obtención y procesamiento de la información, al desarrollo estrictamente cognitivo, o a las interacciones sociales, sino que la educación debe abarcar todas las dimensiones de la existencia humana.