


JUAN HÉCTOR ANGOS: una charla para recorrer la política de Patagones en el regreso de la democracia y su opinión sobre la situación actual
La CiudadAyer (AUDIO) ENTREVISTA EN FM DE LA COSTA




En medio de una severa crisis institucional del Concejo Deliberante de Patagones –producto de la ineptitud, soberbia y falta de compromiso de varios de sus integrantes- , FM DE LA COSTA resolvió comenzar a dialogar con ediles mandato cumplido para tratar de comprender los motivos que llevaron a esta situación a uno de los poderes más importantes del Estado municipal.


En esta oportunidad la radio invitó a quien fuera concejal durante diez años (1983-1993), presidiendo el cuerpo durante cuatro períodos (Partido Justicialista): Juan Héctor ‘Cacho’ Angos. Habló de esos tiempos y de la actualidad, opinando –incluso- de la gestión de Ricardo Marino.
“Nunca dejé de ser militante”
“Es todo un halago que me llamen, sobre todo porque nunca dejé de ser militante y estar al tanto de lo que ocurre”, comenzó diciendo uno de los protagonistas del escenario político de Patagones con el regreso de la democracia.
Inmediatamente aclaró que no deseaba opinar con respecto a la situación actual del HCD: “No me corresponde, no me creo con autoridad moral para juzgar nada de lo que está pasando en este momento. Estoy preocupado como ciudadano de Patagones y como político, pero no quiero opinar”.
“Sí de aquel Concejo y de aquellos tiempos, de aquellos códigos políticos que se manejaban -en el mejor sentido de la expresión- , de códigos de ética. Había mucha pertenencia a los partidos. Había justicialismo, había radicalismo, eran bien destacados. Después todo fue cambiando…en fin”, continuó.
Agregó: “Fueron los primeros años de la democracia, fueron buenos años. En lo personal, grandes satisfacciones, por el vínculo -sobre todo- con la ciudadanía, algo que uno -como ciudadano común- no lo tenía. Aprender de muchos temas y convivir en democracia”.
La derrota del ‘83
Más adelante recordó la derrota local del ’83 en manos del radicalismo, de Néstor Virgilio Escurra: “Perdimos la elección, y no imaginábamos que eso podía pasar. No me cabía en la cabeza que podíamos perder. Néstor Bari fue nuestro candidato a intendente. Quedamos destruidos. Después fuimos rearmándonos con el tiempo, pero fue muy duro perder, aunque no vino mal porque nos hubiéramos emborrachado del poder, y no era bueno. O sea que -para la vida y para la vida política- a veces no es malo, porque de eso se trata. Se gana o se pierde”.
En ese sentido añadió que “son turnos de gobierno. Hay que verlo de esa manera y el que tiene el gobierno no lo va a tener para siempre. El que tiene el cargo en la función pública, no lo va a tener para siempre. Son turnos, pasan. Los que quedan son el personal. Pero después uno baja al llano, y el personal sigue trabajando. A mí me tocó tanto en la municipalidad como en la Provincia. La gente sigue. El que se va es el político. Hay que tenerlo bien claro”.
La figura de lebed
Luego recordó a varios concejales que compartieron aquella época, de su bloque y de la UCR, pero hizo especial hincapié en Haroldo Lebed, que comenzó su carrera como edil entre los años 1987 y 1991: “Vino de Villalonga, jovencito, por propuesta nuestra. Hizo una muy buena carrera política”. “Fue algo muy fuera de serie”, dijo, tras lo que contó el momento en que perdió una elección interna con quien fuera después intendente entre 1991 y 1995: “Los compañeros de Villalonga hablan conmigo, lo proponen, y bueno…yo tenía mucho peso en el partido en aquellos años, y lo impuse. Era un muchachito, un jovencito. Y el que más se oponía, me acuerdo, era el papá porque no le tenía confianza”.
“Como concejal, Haroldo no hablaba casi, pero operaba. Operaba para su comunidad. Era una lluvia de gestiones. Era dialoguista, entrador, y lograba cosas para su pueblo. Siempre se iba con algo para Villalonga”, lo describió.
En ese momento fue cuando recordó que “un buen día, yo estaba en Bahía Blanca, en lo de mi madre, y me llamó por teléfono para invitarme a Villalonga: ‘comemos en casa, tengo que hablar con vos, y después te quedas a dormir en casa’, me dijo. Llegaban las elecciones y el recambio estaba cerca. Y me dice ‘mirá Cacho, voy a competir con vos, quiero ser intendente’”.
“Fue muy sincero, muy leal. Así lo vi yo, lo viví. Por supuesto que lo subestimé, le dije que sí y que de ahí en adelante jurábamos que el que perdía acompañaba, y que la amistad no se iba a romper nunca”, mencionó.
“Las cosas fueron como fueron. Me ganó, demostró que era mejor que yo. Y yo lo entendía así, aunque no es muy común en política. No me equivoqué en haberlo entendido… fíjate vos la carrera política que hizo ¿no?”, reflexionó Angos.
Terceros tiempos del HCD
La conversación salió de la figura de Lebed y retornó al Concejo Deliberante en general, que en aquellas décadas tenía reuniones de comisiones, sesiones y ‘terceros tiempos’: “Nosotros estábamos políticamente preparados, veníamos de mucha militancia interna dentro del PJ. Prácticamente la mayoría éramos miembros de la Resistencia, con una militancia muy ágil, ávidos de actuar. Nos dimos cuenta que estábamos muy bien preparados, a pesar de ser minoría”.
“Había unos debates enormes. Se sesionaba de noche porque estuvimos casi dos años sin cobrar dieta. Íbamos todos los días. Había que ir bien vestido. Había que mantener a la familia, y hacer política. Era muy difícil en aquellos tiempos. Había mucho corazón…mucho corazón. Y después, lo mejor era el tercer tiempo. Las sesiones eran picantes, con respecto pero picantes, con debates intensos. Y después nos íbamos a cenar todos juntos. Era donde se hablaba distendido. Se arreglaban, muchas veces, las cosas por ese lado. A mí me han quedado amigos entrañables radicales de aquella época…pero amigos de verdad”, rememoró.
“Realmente con los años se ha ido teniendo una involución democrática que a mí, como argentino, me duele mucho. Y por eso sigo militando en política, sigo militando”, opinó.
La suspensión de Arburúa
En otro tramo de la conversión con el programa CON LA GENTE, Angos fue consultado por la suspensión del ex intendente radical Carlos Arburúa, que gobernó entre 1987 y 1991: “Ese fue uno de los peores momentos que pasamos. Hubo un error administrativo. El fondo de la cuestión es que hubo una interna de la Unión Cívica radical entre el sector de Carlitos (Arburúa), que era muy jovencito, y el presidente del Concejo Deliberante, Juan Carlos Guerieri. Hubo un error administrativo donde Arburúa cobra un impuesto, violando la ley, sin que pase por el HCD. Ese fue el fondo de la cuestión. En realidad, ante la ley eso es considerado falta grave”.
Fue más allá y recordó que “hubo una denuncia de parte del presidente del Concejo y nos llevó puesto a todos los concejales a hacer un juicio político. En el PJ, en ese entonces, teníamos que rendir cuenta del Consejo del Partido. Era muy orgánico todo. Y bueno, se armó un debate, intervino toda la comunidad, que entendía que era un ataque al intendente. Y nosotros estábamos atrapados. Era una situación legal, ante una denuncia que ya estaba formalizada. Me perjudicaba en aquel momento políticamente a mí, que tenía armada una carrera porque quería ser intendente. Sin embargo, me vi envuelto y obligado a actuar, disciplinado con lo que el partido me ordenaba”.
“Yo quise arreglar con Carlos. No quiso él, ni me dejó entrar a la oficina. Quería de alguna manera parar la cosa, pero no había forma. Al final terminó con una suspensión del cargo del intendente, en lugar de la expulsión, por 50 días. Ese fue el momento más álgido que tuve. Después fui presidente del Concejo y se calmaron muy bien las aguas. Tuve buena relación, en general, con Arburúa”, reconoció.
“Fui proscrito del peronismo por Curetti”
Más adelante, en la entrevista, se le consultó si volvería a la política activa, a un cargo, sobre lo que entendió que ya no tiene edad para eso: “Puedo formar gente, ayudar a formar. O puedo aplicar algún criterio. Y de hecho, por ahí lo hago. Estoy militando también dentro de un grupo de la provincia de Buenos Aires, del Movimiento Nacional Justicialista. Estoy en la conducción provincial, en el grupo de intendentes, pero dentro del peronismo. Nunca saqué los pies del plato del peronismo, pese a que fui proscrito del peronismo por (Ricardo) Curetti”.
“Pero al Concejo no volvería, si tuviera la posibilidad. Los jóvenes se tienen que hacer. Hay que hacer recambios. Aunque tienen que hacerse un poco, porque la experiencia demuestra que cuando son extremadamente jóvenes chocan un poco. La edad ideal es de 35 años para arriba, 45, 50, 60. Algún viejo tiene que haber siempre para equilibrar. Pero en mi caso particular no, de ninguna manera”, afirmó.
La gestión de Marino en la intendencia
“¿Cómo ve a Patagones con la intendencia de Ricardo Marino?”, fue la última pregunta, a lo que respondió: “Yo deseo de todo corazón que le vaya bien, que lo ayuden los compañeros que están cerca de él. Con total desprendimiento, ya lo hice, lo he intentado y lo hago, y lo haría mil veces, de querer ayudarlos desinteresadamente. Me ofrezco para ser puente de cualquier conciliación”.
“Hay una crisis en este momento. No estamos bien. Pero deseo que le vaya bien porque Patagones tiene que andar bien. Yo soy un ciudadano más. Marino es una persona buena y merece que le vaya bien. Me pongo a disposición de él. Ya lo hice personalmente alguna vez y ahora lo hago públicamente”, cerró.










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