
Patagones tiene zonas con arsénico en el agua subterránea: peligro, consecuencias y ¿soluciones?
La Ciudad23 de marzo de 2025




Este 22 de marzo se recordó el Día Mundial del Agua y fue momento oportuno conocer algunos datos preocupantes respecto de la calidad de ese elemento en todo el país, también en Carmen de Patagones.


Poco se habla de ello pero hay sectores de la ciudad cabecera del partido, a los que no llega la red, que el agua subterránea no es potable debido a que posee altos niveles de arsénico (As). El valor permisible es de 0,01 miligramos/litros, según la Organización Mundial de la Salud.
Se presenta mayormente esta situación en áreas suburbanas, donde los pobladores debieron excavar pozos para hacerse de este vital producto. Algunos de ellos enviaron a analizarla y se detectó la presencia de arsénico. Por lo tanto no pueden consumirla, lo que los obliga a adquirirla mediante botellones y otros contendores.
La situación aparece muy comprometida y exige que las autoridades locales pongan en marcha un programa de concientización sobre los riesgos que reviste la presencia de un elemento carcinógeno que, comprobadamente, afecta a la salud.
El consumo prolongado de aguas con alto contenido de As puede conducir al desarrollo de Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE) con síntomas como pigmentación oscura de la piel y cáncer en tejidos blandos, entre muchos otros. En Argentina, el primer caso se reconoció en 1913 en la localidad de Bell Ville (Córdoba).
En localidades adyacentes a Bahía Blanca se han identificado pacientes con manifestaciones pre-clínicas (As en orina) que constituyen un indicador temprano del riesgo potencial de desarrollar síntomas vinculados a la calidad del agua. El Ministerio de Salud (2004) generó un mapa de hidroarsenicismo al que, con el avance de las investigaciones, se incorporarán nuevas localidades afectadas.
El ser humano también puede estar expuesto a través de la ingestión de alimentos con elevados niveles de arsénico incorporados a raíz de desarrollo de producciones ganaderas en las que se aplica agua de bebida animal contaminada; producción de cultivos irrigados con aguas arsenicales, o bien procesos de cocción utilizando aguas con una concentración de As > 50 µg L-1.
Se han reportado correlaciones positivas entre las concentraciones de As en las leches y en el agua utilizada para bebida animal y producción de forrajes aunque, hasta el presente, los valores hallados para las leches no representaron un riesgo para el consumo humano.









