Esas tierras, algo más de 15 hectáreas, están habitadas desde hace más de 40 años por la familia Walter. No poseen la escritura, porque no les pertenecía al momento de instalarse, pero iniciaron los trámites para lograr la posesión veinteañal.
Sin embargo, el vecino Jorge Mosquera afirma ser uno de los herederos de los propietarios originales (luego de un proceso de sucesión), además de apoderado para su administración y posesión.
Mosquera comunicó públicamente ayer –jueves- que una serie de lotes fueron transferidos (vendidos) a Juan Carlos Porretti.
Los enfrentamientos y la polémica se originaron luego que Porretti, junto a un grupo de obreros de la UOCRA –comandados por el propio Roberto Lipiante- irrumpió por la fuerza en el predio, quitó alambrados y carteles, e instaló una casilla.
Francisco y Mariela Walter (padre e hija) llamaron inmediatamente a la policía, pero los efectivos estuvieron unos pocos minutos y se retiraron, sin llevar adelante ninguna acción.
A las pocas horas, cortaron los cables de energía eléctrica de la vivienda de los Walter, quienes lo atribuyeron a los nuevos ocupantes del predio. Por ello efectuaron una denuncia en la Fiscalía local. No lo hicieron en la comisaría porque se sintieron desprotegidos por ellos unas horas antes.