En una nota enviada al Poder Ejecutivo local señalan que “respetamos muchas decisiones que se tomaron en post de la reorganización del servicio, desde ceder la habitación (espacio que en principio no fue pensado para nosotros sino para los choferes) donde teníamos nuestros lockers, nuestras pertenencias, elementos de trabajo y un baño para nuestras necesidades. Este lugar fue destinado a los refuerzos médicos de pediatría, con el discurso de que esto es temporal mientras evaluaban donde ubicar nuestras pertenencias”.
Agregaron que las soluciones que les sugirieron fueron “cambiarse en el Servicio de salud mental, utilizar el espacio detrás del ateneo y colocar los lockers fuera del servicio de hemoterapia/en los pasillos de radiología/Deposito almacén de la cocina o en el sótano”.
“Estas soluciones nos indignaron, pero aun así entendíamos que debíamos ser tolerantes a tal punto de cambiarnos detrás de un biombo de tela en el pasillo de la guardia”, añadieron.
En ese sentido expresaron que “luego de 55 días, cansados de esperar, decidimos colocar nuestras cosas en una habitación del servicio que cuenta con baño con ducha y espacio suficiente para nosotros (17 enfermeros más el personal administrativo y de limpieza)”.
“Aquí empieza nuestra odisea: luego de haber realizado el cambio, al tercer día (14 de mayo) nos llega una notificación de la directora del departamento de enfermería, donde nos comunica que nos dan 24 horas para retirar nuestras pertenecías del lugar, inmediatamente se le entrega una nota para que se reconsidere esta situación. El día 15 se planifico una reunión donde no pudo estar presente el personal de enfermería de guardia y en donde se determinó de manera arbitraria realizar el desalojo del lugar, situación llevada adelante por la directora del departamento de enfermería sin haber dado respuesta a la nota presentada”.
Afirmaron que “ante las reiteradas injusticias y faltas de respeto hacia el personal de enfermería, es que iniciamos esta nueva lucha”.
“Somos el único sector del hospital que no cuenta con un espacio propio, baño con ducha y espacio suficiente que nos permita salir del nosocomio en las mismas condiciones que el resto de los colegas, proceso fundamental durante esta pandemia”, dijeron.
Consideraron que “dejamos de ser invisibles para la comunidad pero seguimos siéndolo para quienes deberían gestionar y dar soluciones”.
Finalmente indicaron que “hace mucho tiempo dejamos de ser ese modelo de enfermería sumiso, porque entendimos que somos fortaleza y que cuando vienen por nuestros derechos no nos callamos y luchamos con más fuerza”.