Patagones y Viedma rechazan resolución de SENASA que promueve el ingreso de carne de cerdo a la Patagonia

Afirman que la medida atenta contra el status sanitarios y la producción local

La Ciudad28 de septiembre de 2016
senasa

Mediante un comunicado oficial, expresaron su enérgico reclamo, fundamentando que “la medida representa un desaliento a las actividades productivas locales y una incoherencia con las políticas públicas que las promueven”.

Por otra parte, precisan que “alentar, propiciar o facilitar el ingreso de carne de cerdo del norte del país o aún del extranjero representa un desaliento a la inversión en marcha y una discrepancia con las políticas públicas que impulsan la producción porcina en el territorio”.

Asimismo, los Estados Municipales comprenden que estas medidas apuntan a flexibilizar la barrera del río Colorado, poniendo en peligro los avances sanitarios conseguidos hasta el momento que le han otorgado a la región el status sanitario de zona libre de aftosa sin vacunación y buscan hacer cumplir las leyes, en cuanto al no ingreso de carne con hueso al sur de la barrera, priorizando el potencial crecimiento de la producción local.

COMUNICADO

La Comarca conformada por las municipalidades del partido de Patagones y de la Ciudad de Viedma, expresa su desacuerdo con la intención de permitir la autorización del ingreso de carne fresca de cerdo sin hueso (enfriada o congelada) y embutidos frescos a base de cerdo exclusivamente para consumo interno, desde la zona libre de Fiebre Aftosa con vacunación hacia la zona libre sin vacunación sometida a consulta pública por Senasa, con vigencia hasta el 5 de octubre.
Más allá de la evaluación de los riegos sanitarios que tal medida podría provocar; al margen de conveniencias comerciales extraregionales que la impulsen; y la amenaza de dar lugar a otras excepciones a la política sanitaria nacional, la medida representa un desaliento a las actividades productivas locales y una incoherencia con las políticas públicas que las promueven.
El desarrollo productivo en Patagonia requiere afrontar y resolver brechas tecnológicas, económicas, climáticas, laborales, por las condiciones desfavorables en relación a sus equivalentes de otras regiones productivas. No obstante ello, la ampliación de la frontera agropecuaria ha encontrado en la comarca opciones que diversifican e intensifican actividades pecuarias innovadoras con posibilidad de agregar valor local, que consolidan la soberanía alimentaria bajo el amparo de la protección pública y el esfuerzo privado.
Es el caso de la producción porcina hasta hace unos años limitada a la actividad familiar pero con proyecciones alentadoras en cuanto a carne procesada en embutidos, chacinados y carne fresca. Cabe destacar que entre el 2005 y el 2015 tanto la oferta como el consumo local han sido crecientes, pasando de niveles insignificantes hasta los actuales que se acercan a la media nacional.
Durante muchos años y no sin dificultad se ha promovido la producción de cerdos a nivel local de pequeños productores como alternativa de diversificación, superar limitaciones existentes e impulsar otras inversiones, sobre todo dos plantas locales de faena de menor escala y otra de gran envergadura.
Si bien existe un potencial crecimiento de la oferta por el lado de la producción y la productividad, es necesario consolidar los modelos, mejorar los sistemas productivos y modernizar la industrialización.
Se cuenta para ello con áreas bajo riego especializadas en la producción de granos y forraje, que resuelven los altos impactos del transporte y la oportunidad de la oferta; centros de innovación que adaptan, desarrollan y promueven el uso de tecnologías modernas; y políticas públicas provinciales y municipales que se orientan a diversificar la capacidad productiva de la región y a atender con producción local las crecientes demandas de consumo.
Alentar, propiciar o facilitar el ingreso de carne de cerdo del norte del país o aún del extranjero representa un desaliento a la inversión en marcha y una discrepancia con las políticas públicas que impulsan la producción porcina en el territorio.
Por lo tanto amerita acciones que determinen con políticas y plazos razonables y reglas de juego estables, que hagan realidad la adaptación tecnológica, productiva y económica y permitan generar equidades. Fue el propio Estado nacional el que fomentó esta estrategia de desarrollo, que con medidas como las a aplicar, harían sucumbir grandes esfuerzos públicos y privados, perder credibilidad en el fomento de actividades alternativas y no dar los tiempos que amerita la maduración de la actividad.
Es por ellos que, considerando el universo de pequeños productores que involucra y la cadena en su conjunto, solicitamos se reconsidere dicha medida.

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