Pero, en el plano político, la reforma será aún más profunda. Vidal impulsará la boleta única electrónica y promete ir aún más allá: limitar la reelección de intendentes, concejales y legisladores.
"Estamos armando un paquete de leyes que vamos a anunciar después del 22 ", anticipó ayer Vidal. "Sin duda, tenemos que ir a una reforma política en la provincia de Buenos Aires. Más allá de la boleta única electrónica tenemos que limitar la reelección indefinida", definió. "La forma de votar debe ser modificada", consideró Vidal. Y calificó el cronograma electoral como "agotador" y "ridículo".
En el plano administrativo Vidal adelantó que "es probable una reforma a la ley de ministerios". No obstante, no está definido si esta reforma administrativa se hará por ley o mediante una resolución: "A lo mejor algunas reformas pueden hacerse sin necesidad de ley. Todo va a ser después de la elección presidencial", dijo la gobernadora electa.
En concreto los primeros días de diciembre terminará de definir al gabinete que asumirá el 10 de ese mes: "Voy a convocar a los más valiosos. Lo voy a hacer en la conformación del equipo", dijo en referencia a un eventual gabinete de Mauricio Macri, en el gobierno nacional.
"El único nombre que confirmé es el de Cristian Ritondo, un peronista", destacó Vidal ayer, durante una entrevista radial con Luis Novaresio.
Otro nombre firme en el equipo de Vidal es el de Hernán Lacunza, para el Ministerio de Economía. Ya se reunió varias veces con la actual ministra de Economía, Silvina Batakis, para ordenar la transición.
Lacunza fue el vocero de Vidal en términos económicos: advirtió que heredará una provincia con un déficit de más de $ 15.000 millones y que no podrá pagar el medio aguinaldo sin la ayuda del gobierno de la Nación.
Una alta fuente política que se reunió con Lacunza en los últimos días advirtió que el panorama que afrontará Vidal podría ser aún peor: podría haber dificultades de caja para pagar un tercio del sueldo de diciembre y complicaciones en varios municipios para cancelar obligaciones salariales, debido al exceso de gasto de los gobiernos salientes.
Esta delicada situación financiera -rotundamente desmentida por el gobierno de Daniel Scioli- deberá atender Vidal antes de sentarse a debatir el presupuesto para el año próximo. Esta ley aún no fue enviada a la Legislatura y difícilmente sea aprobada antes de fin de año.
Incluso Vidal podría comenzar su gestión con el presupuesto de 2015 prorrogado, ya que no tiene votos suficientes para votar un presupuesto ni una ley impositiva en la Cámara de Diputados.
Para salvar esta incómoda situación, Cambiemos abrió una ardua negociación con el Frente Renovador, que incluso podría quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados como parte de un acuerdo de gobernabilidad, según se especula en la Legislatura.
Hoy la presidencia le corresponde al Frente para la Victoria (FPV) -que será primera minoría-, pero dado que ese cargo se vota por mayoría simple, los votos de Cambiemos y del Frente Renovador unidos podrían ser suficientes para desplazar de la conducción al peronista Horacio González.
Un dato es seguro: esta renovación dependerá, en gran parte, del ganador del ballottage, el domingo. En caso que el próximo presidente sea Scioli, el bloque del actual oficialismo tendrá más fuerza para negociar su permanencia en la presidencia de la Cámara baja.
En tanto, Cambiemos y el Frente Renovador ya acordaron votar juntos algunas leyes que impulsará Vidal, como la reforma política. Esta semana, Vidal sólo tiene una meta: trabajar para la victoria de Mauricio Macri. El fin de semana se reunió con Margarita Stolbizer para sumar votos progresistas en el ballottage.