


Falta de agua en Patagones: reclamos en el edificio Jorge Newbery y un problema que se extendió a toda la ciudad
La CiudadAyer




La falta de agua potable volvió a generar fuertes reclamos en Carmen de Patagones. Uno de los casos en hacerse público fue el del edificio Jorge Newbery, donde vecinos denunciaron que desde el viernes pasado prácticamente no cuentan con suministro, con apenas un “hilo de agua” en algunos momentos, una situación que afecta especialmente a personas mayores que residen en el lugar.


Según relató una vecina, el inconveniente se originó a partir de arreglos y problemas de baja tensión en el sistema. “No se puede dejar sin agua durante tres días a un edificio donde vive mucha gente mayor, que no puede bajar a buscar agua. Es realmente vergonzoso”, expresó. También destacó el trabajo de la encargada del edificio, quien intenta asistir a los residentes, aunque remarcó que la ayuda resulta insuficiente frente a la falta de un servicio esencial: “Hace todo lo posible para darnos una mano, pero necesitamos el agua”.
Con el correr de las horas, el problema que inicialmente se detectó en el norte de la ciudad comenzó a generalizarse en distintos sectores de Patagones, afectando a barrios como PROCREAR, Colonia Ferroviaria, Dolores del Pino, Los Eucaliptos, entre otros. En esas zonas, los vecinos reportaron cortes totales del servicio, baja presión y falta de agua, lo que complicó seriamente las tareas cotidianas.
La situación impacta con mayor fuerza en familias con niños, adultos mayores y personas con problemas de salud, y se agrava por el contexto de altas temperaturas, que vuelve indispensable el acceso al agua potable.
Según indicaron frentistas, estos inconvenientes no son aislados. En los últimos meses se repitieron episodios similares vinculados a fallas en la red, roturas de cañerías, trabajos de mantenimiento prolongados y deficiencias estructurales en el sistema de distribución. A ello se suma la falta de información clara ante los cortes imprevistos y las demoras en las reparaciones.
Ante este panorama, vecinos de distintos puntos de la ciudad reclaman soluciones de fondo, mayor inversión y planificación para garantizar un suministro regular y de calidad. Mientras tanto, el malestar crece y se multiplican los pedidos de respuestas concretas para evitar que una situación que se repite año tras año continúe afectando a toda la comunidad.































