Ante tanta mediocridad: hay que desensillar hasta que aclare!!! O que???

En los días extraños que atraviesa Patagones, cuando la brújula de la política parece rota y el horizonte se nubla, la reflexión se vuelve urgente.

Gobernar no es improvisar ni reaccionar; es prever, dialogar y construir el futuro con firmeza. Sin embargo, el panorama que se dibuja es otro: un Ejecutivo que siempre corre detrás de los problemas y un Concejo Deliberante atrapado en disputas que no resuelven nada para los vecinos. En este contexto, es necesario detenerse y preguntarnos hacia dónde vamos como comunidad.

El Ejecutivo ha demostrado, una y otra vez, una preocupante incapacidad para manejar lo público con eficiencia. Las soluciones llegan tarde, cuando la urgencia ya ha desbordado la capacidad de respuesta. Mientras tanto, los vecinos enfrentan día a día problemas que no encuentran eco en quienes tienen la responsabilidad de liderar. No hay visión de futuro, no hay planificación, solo una política reactiva que nunca alcanza a prevenir ni a resolver de manera estructural.

Por otro lado, el Concejo Deliberante, que debería ser el espacio de diálogo, construcción y consenso, se ha transformado en un escenario de mezquindades internas. Los concejales del oficialismo han priorizado sus propias disputas partidarias, exponiendo sus carencias en cada sesión. En lugar de trabajar por y para los vecinos, han convertido al cuerpo deliberativo en el epicentro de una interna que solo sirve a sus intereses políticos. Las rencillas internas de Unión por la Patria no solo afectan el funcionamiento del Concejo, sino que además ponen en riesgo la atención de las verdaderas prioridades de la comunidad.

Sin embargo, como representantes de los vecinos, tenemos el deber de mirar más allá de estas mediocridades y proponer un camino constructivo. La política no puede reducirse a una guerra de intereses partidarios ni a una constante lucha por el protagonismo. Debemos recordar que el compromiso que asumimos no es con nuestros espacios políticos, sino con cada vecino que confió en nosotros para representarlos y trabajar por sus necesidades.

El desafío es enorme, pero no imposible. Es momento de tender puentes, de buscar consensos y de recuperar la confianza de quienes nos eligieron. Nuestra comunidad necesita que todas las fuerzas políticas, sin excepción, prioricen lo importante sobre lo urgente. Necesita que el diálogo se convierta en la herramienta para avanzar y que las decisiones no se tomen pensando en las internas partidarias, sino en las necesidades reales de nuestros vecinos. Porque la política no puede ser una disputa permanente; debe ser, como alguna vez se dijo, “el arte de lo posible”, la capacidad de convertir las diferencias en soluciones y las ideas en acciones.

Invito a mis colegas concejales, especialmente a los del oficialismo, a que se detengan por un momento. A que desensillen hasta que aclare. A que reflexionen sobre el impacto de cada decisión que toman y sobre la responsabilidad que tienen frente a los vecinos. El pueblo de Patagones no puede esperar más, no puede seguir siendo rehén de disputas internas que nada aportan a su bienestar.

Desde nuestro espacio, según mi parecer, seguiremos trabajando con firmeza y convicción, pero también con la mano tendida para construir un camino en común. No nos mueve la búsqueda de culpas ni la crítica estéril, sino el deseo profundo de que Patagones encuentre el rumbo que merece. Porque al final, la política no se mide por lo que se dice en las sesiones ni en los discursos, sino por lo que se hace por quienes esperan necesitan algo de nosotros.

El futuro de nuestra comunidad no puede ser postergado por más tiempo. Es hora de que quienes ocupamos estos espacios de representación pongámos lo que hay que poner en el centro de nuestra agenda. Solo así podremos devolverle a Patagones la esperanza de un futuro mejor.

(*) Concejal bloque Juntos de Patagones
 
 
 
 
 
 
 
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