El breve paso del concejal Duarte por la escena política asumiendo como intendente interino ha estado marcado por un comienzo tumultuoso y un desenlace aún más problemático. En apenas una semana, se vio enfrentado a la presión de los gremios y el personal de enfermería en el municipio, lo que generó un alto costo político tanto para él como para la administración que representa. La percepción de su ineptitud ha permeado entre sus colegas, quienes cuestionan abiertamente su capacidad para liderar el concejo en el futuro. Este episodio resalta una verdad fundamental en política: si bien acceder al poder puede ser relativamente sencillo, mantenerlo es una tarea monumental, comparable al desafío de un futbolista en la cúspide de su carrera. Lo cierto es, según información privilegiada, que el paro se levantó por un llamado del ex candidato a Presidente de Unión por la Patria hacia al secretario general de ATE de Nación.
El caso del concejal Duarte es paradigmático; ingresó a la escena política en medio de un paro y concluyó su breve paso coincidiendo con la misma huelga, dejando tras de sí una declaración desconcertante: "no sé qué hacer...". Su fugaz desempeño quedará marcado por el fracaso y las relaciones políticas contaminadas. La frustración es evidente, especialmente en un alto funcionario que no solo desaprueba su desempeño, sino que también critica abiertamente su rol durante esa semana crítica.
En este contexto, el gobierno pertenece al Frente Renovador y es por eso que intervino el ex ministro de economía. Desde la inesperada asunción del intendente interino se evidenció la falta de referentes del Peronismo en el acto de juramento. La crisis desatada provocó un comunicado oficial en el que el municipio adoptó una postura de victimización, incluso denunciando amenazas por parte de los empleados. Esto ha llevado a los referentes peronistas a optar por el silencio, evidenciando su descontento con la gestión actual.
Mientras los gremios lograron establecer un acuerdo, a pesar de las disidencias, fijando una nueva reunión para principios de octubre, esto otorga un respiro temporal al gobierno, pero también deja claro que la situación sigue siendo volátil. Juntos por el Cambio ha tomado la iniciativa al solicitar la declaración de emergencia sanitaria, algo que el intendente rechaza por temor a reconocer públicamente los problemas existentes.
La reciente "conferencia de prensa", donde todos los funcionarios de primera línea parecían recién asumidos, reveló la falta de estrategia, luego de casi diez meses denunciando irregularidades de la gestión anterior. La torpeza continúa y es evidente al observar cómo Unión por la Patria aprobó la rendición de cuentas del ex intendente José Zara. Es fundamental señalar que las acusaciones sobre el presunto uso indebido del hospital público por parte del personal médico son seriamente preocupantes, y sería interesante ver si estas acusaciones se formalizan en denuncias concretas.
Los desafíos son múltiples: salud, seguridad, falta de vínculos con comisiones de fomento y una alarmante ausencia de asistencia social son solo algunos ejemplos. La oxigenación del gabinete es necesaria; no hay un liderazgo claro y los concejales y funcionarios operan como entidades autónomas sin una dirección definida.
En conclusión, nos encontramos en un escenario político complejo donde las decisiones erráticas y la falta de cohesión amenazan con profundizar la crisis actual. Con el próximo martes marcando el inicio de octubre, será fundamental observar cómo se desarrollan los acontecimientos y si este gobierno puede encontrar un rumbo claro antes de que sea demasiado tarde. FIN.