“Es una situación que no suele ser habitual pero que sucede sin embargo; en esos momentos estaba yendo a la casa mi abuela a cocinar y alguien toca la puerta de su casa, pidiéndome por favor que vaya hasta su domicilio porque su beba había dejado de respirar”, comenzó relatando.
Al llegar a la casa de su vecina, “la bebé estaba prácticamente morada por lo que practiqué la maniobra de obstrucción de vía aérea”. Carlos además comentó que este tipo de situaciones “pasan bastante seguido en lactantes, más que nada por el reflujo o el provechito”.
En el caso puntual de la recién nacida, Carlos fijó su mentón, la dio vuelta sobre el antebrazo y le practicó 5 golpes en el omoplato. No obstante, “hay que tener conocimiento previo sobre esto y poder controlar la fuerza con la que se practica la maniobra, ya que la pequeña era muy chiquita”.
“Respondió a los primeros golpecitos y sacaba todo el reflujo que tenía. Fue un periodo de estar constantemente evaluando la situación porque su frecuencia cardíaca era muy mínima y cada tanto se me dormía”.
Esta acción Carlos la realizó “hasta que llegó servicios de emergencia”, por lo que, en resumen, estuvo haciéndole RCP a la bebé por “más de un minuto y medio”.
Actualmente, la pequeña se encuentra fuera de peligro.