Una situación de estas características se observó esta mañana en la esquina de Bernardino Rivadavia y España, donde los líquidos cloacales emergían a la calle y de allí –recorriendo varias arterias- a las aguas del río Negro.
Estos hechos y la muy lejana posibilidad de construir una nueva planta de tratamiento de líquidos cloacales (colapsada desde hace varios años) ponen en serio riesgo la salud del río.
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